Viernes 4:35 A.M. suena el despertador, no sé si pararlo y darme media vuelta o pegar un brinco y vestirme como cada mañana para ir a correr, pero el cuerpo no piensa, y cuando me doy cuenta ya estoy colocándome la cinta del pulsómetro en el pecho, buscando las zapatillas y tomándome el actimel, buff ¡Venga que ya queda menos! Hoy tranquilos, rodamos como toda la semana 10Km a ritmo suave (menos mal) entre 6minutos el km y 5'30" el cansancio acumulado en las piernas se empieza a notar, pero hoy hay tregua, ayer Michel donó sangre y debe rodar suave para recuperar, y el bueno de Justo hoy se muestra coherente y se une al ritmo suave. Ritmo de poder hablar, de disfrutar de la compañía a estas horas de la mañana y de hacer km's sin que el cuerpo sufra a ritmos insoportables ni pulsaciones por encima de 170, a veces hay que saber escuchar al cuerpo y aprovechar que no entrenamos solos para disfrutar de los que nos acompañan, por que si no que haríamos, a propósito me he olvidado decir que ¡Ya es viernes!
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